jueves, noviembre 26, 2009

EDITORIAL

¿Es el toro o el torero bajo el capote?

Varios países de Latinoamérica incluido Ecuador han acoplado a sus fiestas y tradiciones la conocida corrida de toros. En Quito, la capital, la feria “Jesús del Gran Poder” es la más esperada por los amantes taurinos en el mes de diciembre y por las Fiestas de Quito.

El arte como algunos llaman consiste en un espectáculo diferente a todos, donde el lugar, los terrenos, los trajes, los toreros, las cuadrillas, los alguacilillos son piezas diferentes y elementos estéticos que conforman el mundo del toreo.

Ciertamente, la crianza del toro de lidia es lo que marca la diferencia de calidad de espectáculo en nuestro país. La lidia, es decir, la corrida de toros como tal se divide en tres partes: la de picar, la de banderillear y la de matar.

Sin duda, no termina el espectáculo hasta que el torero después de una inolvidable faena recibe su premio simbolizado en la oreja del toro. Para algunos es duro ver como el capote prepara al toro para el primer tercio de la corrida y la espada culmina con la vida del animal.

En mi opinión las corridas de toros son un espectáculo de tradición cultural arraigada en una historia de conquista española y el surgimiento del mestizaje desde el siglo XVIII. Una pasión para muchos y un acto de crueldad para otros. Sin duda, el arte de torear es parte de la cultura ecuatoriana y como tema controversial tendrá muchos seguidores y otros detractores pero siempre deberá prevalecer el respeto de cada parte.